Los ojos estaban mojados.
¿Sería tal vez por el intenso día de lluvia?
La gente caminaba rápido, ella intentó encender un cigarrillo cuando la luz roja se puso frente a sus ojos, pero el viento pegaba en su cara más fuerte que nunca y no logró encenderlo, intentó cobijarse en los grandes paraguas que la rodeaban, pero estos como arrancando de ella desaparecieron, sin darse cuenta momentos más tarde, se vio sentada sola, apagando el cigarrillo y emprendiendo su viaje, sin prisa y sin rumbo al igual que antes. Llegó a un teléfono intentó llamar a alguien, a algún amigo, a cualquier persona, ya no quería estar sola ese día de lluvia, además el cielo empezaba a despejarse y sus ojos seguían muy mojados.
sábado, 12 de abril de 2008
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